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Cereales

Cereales

Los cereales se cultivan en una gran variedad de climas y suelos adaptándose a la mayoría de ellos y dado que las necesidades nutricionales del cultivo son siempre las mismas nos permiten estimar las cantidades necesarias de fertilizante a aportar en base a esas extracciones, es lo que se conoce como abonado de restitución.

El crecimiento de los cereales de invierno se divide en diferentes periodos o fases: ahijado, encañado, espigado y maduración, que corresponden con las características que la planta manifiesta durante los mismos.

Cultivos

Fertilización del Cereal

Además de los 3 nutrientes principales; Nitrógeno, Fósforo y Potasio, hay que tener en cuenta otros nutrientes que las plantas necesitan, como son Azufre, Magnesio y los Microelementos,  ya que de alguno de ellos se están detectando carencias. Pero la carencia más importante es la de Azufre; considerado el cuarto elemento en importancia, su carencia se empezó a ver en los últimos 15 años motivada por la disminución de las emisiones de gases azufrados a la atmósfera, que volvían al suelo en forma de lluvia ácida, y por la utilización de Fertilizantes sin Azufre.

Hay que destacar que el Azufre no solo es el elemento más importante para la nutrición de las plantas después del Nitrógeno, Fósforo y Potasio, sino que además tiene una estrecha relación de sinergismo con el Nitrógeno: se produce una asimilación conjunta de Nitrógeno y Azufre, es decir, el Azufre mejora la absorción del Nitrógeno por las plantas. Además, los síntomas de carencias son muy parecidos en ambos elementos. La forma de distinguirlos en los primeros estadios es que el amarilleamiento por Nitrógeno se manifiesta en las hojas más viejas y el de Azufre, en las hojas más jóvenes.

En cuanto al momento de aplicación distinguimos el abonado de fondo previo a la siembra y el de cobertera, con el cultivo ya implantado.

Para el Fósforo y Potasio, debido a que sus contenidos en el suelo evolucionan muy lentamente, es preferible aplicarlos en fondo y lo antes posible, sobre todo en el caso del Fósforo, por la influencia que tiene en el desarrollo radicular. La duda se nos plantea con el Nitrógeno; podemos dividir la dosis entre una aplicación en fondo, y una o dos en cobertera, y así evitar las posibles pérdidas por lixiviación del Nitrógeno Nítrico, o podemos utilizar fertilizantes de liberación lenta,.

Si optamos por dividir las dosis; el criterio que debemos seguir es aplicar en fondo las necesidades que el cultivo necesita en Fósforo y Potasio y cubrir las necesidades de Nitrógeno y Azufre hasta el ahijado (no más de 40 UF de Nitrógeno). Con el abonado de cobertera cubriremos el resto de las necesidades del cultivo en Nitrógeno y Azufre.

También podemos optar por aplicar la totalidad de los nutrientes necesarios para el cereal en el momento de la siembra. Para poder suministrar en fondo todos los nutrientes que va a necesitar el cultivo con la seguridad de tenerlo bien abonado tenemos que estar seguros de que el fertilizante utilizado no tengan Nitrógeno Nítrico en su composición, y que todo el Nitrógeno que contenga lo podamos estabilizar en el suelo como Nitrógeno Amoniacal, que es la única forma estable en el suelo. En estos Fertilizantes el Nitrógeno está estabilizado y se controla su liberación, pudiéndolos utilizar tanto para cereal de secano como de regadío, pues el nitrógeno no se nos va a perder.

Otra tercera opción es aplicar todos los nutrientes que va a necesitar el cultivo en cobertera, es la opción menos recomendable, pero hay años que por la climatología o por la planificación de la explotación no se puede hacer en el momento adecuado, para ello tenemos a nuestra disposición productos que nos permiten aplicar en cobertera todos los nutrientes, son los llamados de única aplicación, y la diferencia de estos con los de liberación lenta es que en este tipo de productos el Nitrógeno no está controlado y no nos podemos arriesgar a aplicarlos en fondo o en regadío porque se nos podría perder parte del Nitrógeno que contiene.

Para el cálculo de la dosis debemos tener en cuenta:

Para nitrógeno y azufre

El Nitrógeno es el nutriente que más influencia tiene en el rendimiento de los cereales, pero no debemos olvidar que los nutrientes tienen que estar en equilibrio unos con otros para que no se produzcan antagonismos entre ellos, además debemos tener en cuenta las leyes de la fertilización que nos dicen que el exceso de un nutriente no puede compensar la deficiencia de otro, y que el nutriente que nos limita la producción es el que está en menor proporción. La interacción entre el Nitrógeno y el Azufre es probablemente la más importante. Dosis elevadas de Nitrógeno sin un correcto nivel de Azufre hace a los cereales sensibles a las enfermedades y accidentes, en especial al encamado, y limita los rendimientos, disminuyendo la calidad y el peso específico. Lo mismo pasa con la relación entre el Nitrógeno y el Potasio, que aumenta la efectividad del Nitrógeno.

El Nitrógeno lo toma la planta en forma Nítrica y Amoniacal, el Nítrico se puede lavar. También el Azufre se puede lavar. Su demanda por los cultivos es máxima en las fases de ahijado y sobre todo en encañado (fases de crecimiento rápido).

Para cubrir las necesidades del cultivo, debemos de tener en cuenta una serie de factores como son: el cultivo anterior, que manejo hemos hecho del rastrojo, si hemos hecho alguna aplicación de materia orgánica, o de alguna otra enmienda, posibles pérdidas por lavado, etc. Por esas razones no es fácil dar una recomendación general de abonado sin conocer la fertilidad de la parcela, tenemos que ir a unas dosis medias que según distintos autores están entre:

Dosis orientativas de Nitrógeno en kg/ha Por tonelada de producción
Cebada 25
Trigo (según variedad) 30 – 35
Avena 15

Dependiendo de la forma en que utilicemos el Nitrógeno podemos ir a una sola cobertera o a 2 coberteras, la primera aplicación en los 2 casos al inicio del ahijado, si hacemos una segunda cobertera al final del ahijado o inicio de encañado. También podemos ir a una sola aplicación en fondo, con productos de liberación lenta.

La carencia de Azufre suele manifestarse al inicio del encañado coincidiendo con los primeros calores, apareciendo rodales amarillos que pueden confundirse con carencia de Nitrógeno, (el Azufre amarillean primero las hojas jóvenes) pero si solo hemos aplicado Nitrógeno vemos que el cultivo no responde como esperábamos. Las necesidades de Azufre se estiman aproximadamente en un 20 % de las de Nitrógeno y una vez que la carencia aparece es muy probable que se repita por lo que su aporte es obligatorio todos los años de forma sistemática, pasando a ser un elemento principal junto con Nitrógeno, Fósforo y Potasio.

Después de multitud de ensayos realizados y con la experiencia acumulada hemos comprobado:

  • Los mejores resultados se obtienen abonando en el momento de la siembra, como muy tarde antes del ahijado.
  • Las lluvias de otoño permiten la incorporación del abono al suelo y su absorción mejora la nascencia y desarrollo, facilitando que el cereal afronte mejor el invierno.
  • Con escasa pluviométrica e irregular reparto la mayor cosecha se obtiene con todo el Nitrógeno aplicado en fondo (mejora la nascencia y desarrollo).
  • Incorporaciones de Nitrógeno tardías solo conseguimos aumento de biomasa (paja).
  • La disponibilidad temprana de Nitrógeno se traduce en mejores rendimientos.
  • Se demuestra la ineficacia de aplicaciones de Nitrógeno en el encañado (en cantidad y calidad).

En cuanto al Fósforo y Potasio

Las extracciones son muy estables por tonelada de producción. En suelos con niveles normales de estos nutrientes es suficiente con aplicar lo extraído por el cultivo para garantizarnos el rendimiento y el mantenimiento del suelo en niveles óptimos (no empobrecer el suelo). Los contenidos de Fósforo y Potasio en el suelo evolucionan muy lentamente, con lo que en suelos pobres debemos aumentar un 20 % las extracciones del cultivo, y un 50 % en suelos muy pobres. No se pierden por lavado. Los cultivos los absorben durante todo el ciclo, pero es muy importante sobre todo el Fósforo, que esté disponible desde las primeras fases para lograr una buena implantación. Por tanto; el aporte de Fósforo se debe hacer siempre en fondo en el momento de la siembra.

El Fósforo mejora la precocidad de los cereales y favorece el desarrollo radicular, teniendo un papel esencial en la formación de la espiga y del grano. El Potasio tiene especial importancia en las funciones que aseguran el crecimiento de la planta, aumenta la resistencia de los cereales a las heladas, al encamado y a las enfermedades. También está muy ligado a la mejora de la calidad; aumenta el peso específico el valor panadero del trigo y el valor cervecero de la cebada.

Además de Nitrógeno, Fósforo y Potasio, y Azufre, los cereales absorben también cantidades importantes de Calcio y Magnesio.

Plan de abonado

Fertilización TRIGO (kg/ha)
Producción esperadaEn fondoEn cobertera
Suelos equilibrados
8-15-15
Suelos bajos en Fósforo
6-18-10 / 8-24-8 / 8-22-8 2Mg
Suelos bajos en Potasio
9-18-27
Nitrosulfam46
2.000 – 3.000 250-350 250-400 250-350 200-300
3.000 – 4.000 350-450 350-500 300-400 300-400
4.000 – 5.000 500-600 500-650 500-600 400-500
>6.000 >700 >650 600 600-700
Fertilización CEBADA (kg/ha)
Producción esperadaEn fondoEn cobertera
Suelos equilibrados
8-15-15
Suelos bajos en Fósforo
6-18-10 / 8-24-8
Suelos bajos en Potasio
8-8-24 2Mg / 9-18-27
Nitrosulfam46
2.000 250-350 250-350 250-350 200-300
4.000 350-450 350-450 300-400 300-450
6.000 500-600 500-600 500-600 500-600
Fertilización AVENA y CENTENO (kg/ha)
Producción esperadaEn fondoEn cobertera
Suelos equilibrados
8-15-15
Bajo en Fósforo
8-24-8 / 6-18-10
Bajo en Potasio
9-18-27 / 8-8-24 2Mg
Nitrosulfam46
2.000 250-350 250-350 250-350 200-300
4.000 350-450 350-450 300-400 300-450
6.000 500-600 500-600 500-600 500-600

Fertilización del cereal con Fertilent

TRIGO (kg/ha)
Producción esperadaTipo de suelo
Equilibrados
18-7-5 2Mg
Bajo en Fósforo
20-8-6 2Mg
Bajo en Potasio
20-7-9 2Mg
2.000 – 3.000 450-550 450-550 450-550
3.000 – 4.000 550-650 550-650 550-600
4.000 – 5.000 700-800 700-800 700-800
>6.000 900 900 900
CEBADA, AVENA y CENTENO (kg/ha)
Producción esperadaTipo de suelo
Equilibrados
18-7-5 2Mg
Bajo en Fósforo
20-8-6 2Mg
Bajo en Potasio
20-7-9 2Mg
2.000 450-550 400-500 400-500
4.000 550-650 500-600 500-600

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